La producción de camarón marino es actualmente una actividad en auge a nivel mundial, siendo un gran aporte a la economía de las regiones costeras. Debido al rápido crecimiento de esta industria, con el tiempo se ha generado la necesidad de adoptar buenas prácticas en su producción, las cuales no solamente benefician el desarrollo de un producto de calidad, sino que a su vez preservan el ecosistema donde esta práctica se desarrolla, permitiendo obtener sostenibilidad y correcto aprovechamiento de los recursos. Estas prácticas tienen como intención mejorar la eficiencia en el manejo de los costos de producción y reducir el impacto de la granja camaronera en el ambiente costero.
En la camaronicultura, la calidad del agua representa una de las condiciones más importantes para obtener un producto de calidad y evitar sobrecostos, para ello se deben mantener parámetros fisicoquímicos como el pH, temperatura y concentración de minerales en niveles óptimos para la especie trabajada y de manera estable, pues esto reduce el estrés del cultivo y asegura un mayor crecimiento, lo que permite obtener mayor rentabilidad y utilidad en el proceso productivo.
La temperatura tiene un efecto muy grande sobre los procesos químicos y biológicos. En general, cuando la T aumenta 10°C duplica o incluso triplica los procesos químicos y biológicos, así el camarón va a consumir de 2 a 3 veces más de oxígeno con una temperatura de 35°C del que consumiría a 25°C. Entonces, la necesidad en oxígeno disuelto del camarón y de los demás órganos aeróbicos del estanque crítica en agua caliente, comparada con agua más fría.
La salinidad mantiene los líquidos vitales del camarón, permitiendo mantener un equilibrio iónico del organismo. Este proceso afecta el metabolismo, gasto energético y tasa de crecimiento. Altas concentraciones de salinidad reducen los niveles de oxígeno disuelto en el agua del estanque. Las concentraciones óptimas de salinidad se presentan en los rangos de 15 a 23 ppt. En concentraciones bajas de oxígeno disuelto, los camarones son más susceptibles a enfermedades. Cuando el porcentaje de saturación permanece por debajo de 5 ppm los camarones presentan bajas tasas de alimentación y crecimiento. Los valores mínimos recomendados por expertos oscilan de entre 4 y 5 ppm.
El pH del agua del estanque depende de la concentración en O2 y de los demás elementos ácidos. La fotosíntesis con un consumo de CO2 conduce a un aumento del pH, mientras que la producción de CO2 con la respiración conduce a una baja del pH. Agua con pH de 6,5 hasta 9 es considerada como buena para el cultivo de camarones.
Por último, el amoniaco y el nitrito se debe mantener en niveles no superiores a 0.5 y 0.1 ppm respectivamente.
Fuente: Hanna Instruments
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