¿Por qué fracasan la mayor parte de los emprendedores?
Los emprendedores están en todas partes. No tienes que trabajar en un garaje para estar en una startup.
El concepto de espíritu emprendedor incluye a todo aquel que trabaje dentro de una startup, que Eric Ries la define, en su libro The Lean Startup como:
«una institución humana diseñada para crear nuevos productos y servicios en unas condiciones de incertidumbre extrema».
Gestión empresarial
La creación de una startup es un ejercicio de creación de una institución; por lo tanto, requiere una gestión. Esto suele sorprender a los aspirantes a emprendedores, porque sus concepciones de estas dos palabras son diametralmente opuestas.
Durante décadas, los emprendedores han intentado colocar la clavija cuadrada de sus problemas específicos en el agujero redondo de la gestión general. Como resultado, muchos han adoptado la actitud del «simplemente hazlo», evitando todas las formas de gestión, procedimiento y disciplina. Desgraciadamente, este enfoque nos abocará más al caos que al éxito.
El tremendo éxito de la gestión general a lo largo del siglo pasado ha permitido una abundancia material sin precedentes, pero estos principios de la gestión están poco adaptados para manejar el caos y la incertidumbre a los que se enfrentan las startups.
Estamos viviendo un renacimiento empresarial sin precedentes en todo el mundo, pero esta oportunidad está rodeada por peligros. Como no disponemos de un paradigma de gestión coherente para estas nuevas empresas innovadoras, derrochamos con desenfreno nuestro exceso de capacidad.
Las raíces del método Lean Startup
El método Lean Startup toma su nombre de la revolución del Lean manufacturing que Taiichi Ohno y Shigeo Shingo desarrollaron en Toyota.
El pensamiento Lean altera radicalmente la forma de organizar las cadenas de oferta y los sistemas de producción. Entre sus principios están el diseño del conocimiento y la creatividad de los trabajadores, la reducción de las dimensiones de los lotes, la producción just-in-time y el control de inventarios, y la «aceleración del tiempo del ciclo». Enseña al mundo la diferencia entre las actividades que crean valor y el derroche, y muestra cómo incorporar calidad a los productos.
Una teoría global del espíritu emprendedor debería dirigirse a todas las funciones de una empresa en estadio inicial: visión y concepto, desarrollo de productos, marketing y ventas, ampliación, alianzas, distribución y estructura, y diseño de la organización.
Debe proporcionar un método para medir el progreso en un contexto de incertidumbre extrema.
Debe ofrecer a los emprendedores una guía clara sobre cómo decidir entre las muchas disyuntivas que tienen que afrontar: si y cuándo deben invertir en procesos; formulación, planificación y creación de infraestructuras; cuándo ir solo y cuándo buscar alianzas; cuándo responder a las críticas y cuándo seguir a rajatabla la visión, y cómo y cuándo invertir en la ampliación del negocio.
Por encima de todo, debe permitir que los emprendedores hagan predicciones comprobables.
El método Lean Startup pide a la gente que empiece a medir su productividad de otra forma. Como las startups suelen producir accidentalmente algo que nadie quiere, no importa si lo hacen dentro de tiempo o ciñéndose al presupuesto. El objetivo de una startup es averiguar qué debe producirse, aquello que los consumidores quieren y por lo que pagarán, tan rápidamente como sea posible.
En otras palabras, el método Lean Startup es una nueva forma de ver el desarrollo de productos innovadores que enfatiza la rápida iteración y la comprensión de los consumidores, una enorme visión y una gran ambición, todo al mismo tiempo.
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